Barbie se queda sola

El despacho, amplio y de un blanco impecable; las vistas, enfocadas a la Libertad; el trabajo, simple. Esperar sentada durante una jornada de mañana. Hoy la mañana había pasado pero, dado el empeño de Barbie, se había quedado al turno que tarde.
-¿Quieres comer algo?
-No, thaks -apuntilló Barbie, en un estúpido intento de demostrar que conocía el idioma.
-Oh, veo que te desenvuelves. Bien, te dejo ahí lo que tienes que decir cuando cojas el teléfono -le entregó una hoja en blanco- y unas cuantas frases comodín.
Mark se fue y Barbie se quedó en el más absoluto silencio.

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Bueno, pues sí. Es así de corto. Pero es que no me sale más. Por más que lo intento no puedo. ¡Fijaos que casi la pongo en el escenario del 11-S! Así que voy a dejar que Greeny (te voy a putear, sí) continúe. O mejor Romana, que podría ir estrenándose. O tú, si estás leyendo esto. ¡Alguien!

P.D.: Intentaré empezar la historia paralela de Ken y de Felix.