Barbie es desenmascarada y rompe una señal de salida


El telón se alzó ante los ojos de las ocho mujeres, de edades no muy distintas, que llevaban el antifaz puesto. 
-I thought you had a costumer! -le gritó desde el otro extremo Emma, la misma chica con la que había discutido horas antes-.You don't really know how to do it, rightI'm shure that you're not a good showgirl -añadió con malicia.
Barbie se limitó a hacer como que no la entendía (que era realmente lo que sucedía) y a quitarse unos zapatos de tacón de los que le había provisto una de las chicas, en el vestidor contiguo en el que se había metido antes.
Una música de cancan comenzó a sonar, lentamente, mientras dos de las ocho strippers se acercaban a una larga pasarela, casi arrastrándose pero con mucha gracia y sensualidad. Una de ellas fijó a su presa, un hombre rechoncho que parecía adinerado, justo en la primera fila. Puso su pierna derecha sobre la mesa redonda, que él compartía con un (¿?) compañero de trabajo, y (demostrando un equilibrio asombroso) subió la izquierda al hombro del espectador. Encantado, buscó su cartera en el bolsillo, para luego introducir (y tras un sonoro cachete) unapequeña propina en su tanga color salmón. La chica le guiñó el ojo, agradecida, y volvió a la pasarela. Su compañera hacía lo mismo, al tiempo, con un joven ejecutivo de la fila siguiente. 
La música de pianola, tipo años veinte, pronto cambió de repente y pasó a ser una disco, movida, que el juego de luces acompañaba cambiando de color constantemente y haciendo que las ocho chicas relucieran debido a las lentejuelas del vestido.
En un momento de la coreografía, que Barbie acompañaba torpemente, todas se quitaron el antifaz, lanzándolo cara el público. Emma la miró con rabia. Su mirada casi parecía gritarle "¡Quítate el antifaz!". Barbie así lo hizo, sin pensar en las consecuencias que le depararía tal acción.
Para empezar, el ejecutivo de la primera fila la reconoció. La había visto horas antes a medio vestir, en frente de su oficina. Le gritó algo que ella no entendió, pero aprovechó la ocasión para correr junto a él y tratar de seducirlo. Con un giro de su cadera lo puso de pie y, dando vueltas a su alrededor, lo cogió de la mano y se lo llevó corriendo hacia la salida, a sabiendas de la situación de Felix y sacándole la lengua a Emma. Con lo fuerte del portazo, el brillante letrero de "Exit" cayó al suelo, provocando el desconcierto de cuantos en la sala se encontraban.